La economía de Colombia es la cuarta más grande de América Latina tras las de Brasil, México y Argentina según el FMI.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia para el año de 2009 fue aproximadamente 793 billones de pesos ($793.148.000.000.000,oo), lo cual equivale aproximadamente a 396 mil millones de dólares (USD 396.579.000.000,oo). La distribución por actividad económica fue; 13,9% agricultura, 30,3% industria y 55,8% servicios.
La moneda oficial es el peso colombiano, dividido en 100 centavos (oficialmente existentes, no usados en la práctica). El coeficiente Gini (que mide la concentración en la riqueza) es de 0,61 (año 2009) y el de concentración de la propiedad de la tierra 0,85 (año 2009).
La deuda externa
Factor que ha pesado casi siempre en forma negativa sobre el desarrollo de la economía colombiana, ha sido la deuda externa, que se inició a partir de 1821-1822 con dos empréstitos, denominados deventures, contratados en Londres. Uno, por Luis López Méndez (1821), que sin consultar con el gobierno colombiano le compro unos equipos militares al sillero inglés Jaime MacKintosh por 75.000 libras esterlinas, deuda que después se convirtió en un pleito que estuvo a punto de provocar la intervención armada de Inglaterra en Colombia; y otro, por Francisco Antonio Zea (1822), por valor de dos millones de libras esterlinas, en condiciones absolutamente ruinosas para Colombia. Con grandes dificultades, y a menudo con retrasos que alborotaban la quisquillosidad de los acreedores, Colombia sostuvo el servicio de la deuda, y en general los bonos colombianos gozaron de buen crédito en Europa. Al finalizar el siglo XIX el saldo de la deuda externa era de 15 millones de pesos de oro (aproximadamente tres millones de dólares, o mil millones de pesos en papel moneda). Los empréstitos externos en los últimos dos años (1898 - 1899) tenían por objetos financiar la conversión del papel moneda a billetes con respaldo en oro.
Durante los años 2008 y 2009 la deuda externa se va incrementando. La deuda externa de Colombia registró en los primeros nueves meses del pasado año 51 mil 204 millones de dólares, el equivalente al 22,1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) proyectado para 2009.
Acorde con un informe del Banco de la República, esa cifra -la más alta en la historia del país- se corresponde también con el 75 por ciento del presupuesto nacional para el actual ejercicio. El ente emisor señaló que del total anotado en los tres primeros trimestres de 2009, el saldo de la deuda pública ascendió a 35 mil cuatro millones de dólares, para un incremento de cinco mil millones respecto al período anterior.
En tanto, la cifra restante, 16 mil 200 millones de dólares, correspondió al sector privado. Los expertos consideran que esos resultados reflejan un cambio en la dinámica de demanda de empréstitos del exterior solicitados por Colombia en los últimos tres años, pues la cifra disminuyó ostensiblemente entre 2007 y 2008, para volver a subir el año pasado a un nivel superior con relación a hace dos lustros.
Así pues, los 44 mil y medio millones de dólares que alcanzó la deuda hace 24 meses representaban el 21, 2 por ciento del PIB proyectado para ese año, cifra que disminuyó en un 3 por ciento para el periodo inmediatamente posterior y que hoy es superior por cerca de 4 puntos porcentuales.
Años ochenta y noventa - décadas de pérdidas
Una de las etapas más críticas de la deuda externa latinoamericana fue la década de 1981 - 1990. En 1986, en su ensayo Perspectivas de la agricultura colombiana al terminar el siglo XX el ex presidente Alfonso López Michelsen explico los alcances de la crisis de la deuda externa y las grandes repercusiones que tendrían para los siguientes años:
"Por imprevisión de los gobiernos y de las directivas de los bancos, ósea por culpa tanto de los unos como de los otros, se contrajeron deudas durante el boom de los años setentas, deudas que hoy (1986), por dos conceptos, sobrepasan la capacidad de pago de los países. Primero, por que no disponen de los recursos en moneda nacional para cubrir el capital y los intereses; y, segundo, porque las exportaciones no alcanzan, en la mayoría de los casos, para producir los dólares indispensables, en moneda nacional. El Fondo Monetario Internacional ha tratado, país tras país, de poner remedio a esta situación con un recetario elemental, que ha fracasado en todas partes, y al que se le cubre con el piadoso nombre de "ajuste": incrementar los ingresos fiscales, aumentando las contribuciones y eliminando subsidios, y devaluar la moneda para fomentar las exportaciones. Es un tratamiento de shock, que frena el desarrollo económico, agrava la recesión, aumenta el desempleo, y, más temprano que tarde, conlleva graves perturbaciones sociales, que acabaran por desestabilizar los gobiernos democráticos que van camino de consolidarse en Iberoamérica"
A marzo de 2000 el Banco de la República revelo que la deuda externa colombiana llego a 36.000 millones de dólares, de los cuales 24.490 corresponden al sector publico. El total de la deuda equivale al 41.3% del PIB, lo cual, según los analistas nacionales e internacionales, " es preocupante" y explica al aumento en la severidad de los ajustes en la política económica y fiscal del gobierno.
La moneda
Hasta 1880 Colombia careció de una política monetaria coherente. Basta decir que, entre 1718 en que se expidió el auto del 24 se septiembre por el cual se emitía la moneda nueva de puro cobre, en cuartos, ochavos y maravedíes, y el 16 de junio de 1880, en que la ley 39 del 16 de junio autorizo al poder ejecutivo para establecer un banco nacional, el primero en el país con carácter de emisor, se hicieron veinte autos y leyes que intentaron regular el curso de la moneda, siempre con el mismo resultado: la escasez de circulante mantenía nuestra economía en estado de parálisis. Con el banco nacional que a partir de 1885 asumió facultades exclusivas de banco emisor, y suprimió las emisiones de los bancos particulares, se produjo un fenómeno que transformo el sistema financiero y la economía colombiana en general, el curso forzoso del papel moneda complementando por un control de cambios inflexible, o "prohibición de estipular", como se le denominó en su momento. Con el papel moneda se irrigó el torrente circulatorio y la economía colombiana despego. Cierto es que la inflación afecto la capacidad de ahorro -que tampoco era mayor antes de 1885- pero el poder adquisitivo se cuadruplico a partir de 1886 y se mantuvo contante hasta la gran depresión de 1929.
El banco emisor
La reforma de 1923 fundó un banco de la república que de consumo con el Ejecutivo y el ministro de hacienda, dirigió la política monetaria hasta 1991, teniendo el peso como unidad y divisa. La constitución de julio de 1991 suprimió la junta monetaria y estableció que el banco de la república es la máxima autoridad monetaria y cambiaría del país, con la prioridad de mantener la moneda sana mediante el control de la inflación. La junta directiva del banco de la república esta conformada por siete miembros: el ministro de economía, el gerente general del banco, y cinco miembros nombrados por el presidente de la república por un término de cuatro años.
La unidad monetaria de Colombia es el Peso, que ha mantenido una cotización respecto al dólar a una taza promedio entre $1.900 y $2.100 en los últimos años.
El sector agrícola
En la colonia, y en los primeros años de la republica, hasta 1850, la agricultura fue, como en el periodo anterior a la conquista, el sector dominante de la economía. El principal producto de la agricultura indígena era el maíz, que se cultivaba en gran escala en las diferentes regiones, el altiplano cundiboyacense, los santanderes, Antioquia, la costa caribe. Los cultivos se diversificaron en el periodo colonial en que aparecieron el tabaco, el añil, las quinas, el té de Bogotá, la papa, la yuca, el teobroma o cacao, anis, plátano, etc., cuya producción suplía el consumo doméstico, con reducidísimos excedentes. En el siglo XIX, la agricultura constituyo la base de la economía colombiana y de su comercio exterior. Se exportaban añil, tabaco, quina, cueros, y oro y plata en pasta. Hacia los años setenta el café entro a formar parte de los productos de exportación.